¡Saludos desde Otoñolandia!
Estimados vecinos, la mejor temporada ha llegado. El 💛Equinoccio de Otoño💛 fue ayer, pero en Otoñolandia celebramos la fecha de fundación del reino: el 21 de marzo ✨🍂.
¿Y cómo lo celebramos?
Del mejor modo: comprando lanita.
Hace tiempo que quería mi historia con el tejido a dos agujas. Es una historia interesante porque me parece que se puede aplicar a muchas cosas que uno quiere hacer y pone excusas para no hacerlas. O, al menos, para darles una idea de lo porfiada que puedo llegar a ser 😎👌.

Crecí rodeada de mujeres (madre, abuelas, tías) que hacían artesanías. Tejido a dos agujas, en particular. No todas hacían crochet, pero la que hacía crochet todo el tiempo era la abuela con la que vivía. La veía mover las manos, la aguja y lana, todo al mismo tiempo y era fascinante. Aprendí a tejer crochet en la adolescencia a mi modo, esto es, sola y a partir de una enciclopedia 🤓👍 . Desde entonces he tejido de todo, en particular mantas para toda la familia, excepto para mí 😋. Tengo una en proceso así que ya pronto podré decir que incluso yo tengo una manta a crochet.
Ahora bien, tejer a dos agujas siempre me resultó horrible. Mi abuela y mi mamá intentaron enseñarme y no hubo caso. La sensación de tener las agujas debajo de los brazos era espantosa. A lo largo de los años, intenté muchísimas veces y nunca pude. Cuanto más sabía tejer crochet, menos me gustaba tejer a dos agujas. Y así fueron pasando los años hasta que el crochet se volvió algo casi natural para mí, mientras que tejer a dos agujas era totalmente extranjero.
La cuestión, siempre hay una cuestión, es que no se puede tejer pulóveres a crochet. Oh, incluso en Otoñolandia escucho algunos gritos de que eso no es cierto, de que se puede tejer pulóveres a crochet 🤣. ¿Se puede? Sí, se puede. No quedan iguales que los tejidos a dos agujas. Cualquier tejido a dos agujas se adapta muchísimo mejor al cuerpo, el textil que se produce es mucho más fino y se gasta menos lana. Aun así, nunca hubo caso, jamás pude aprender a tejer con dos agujas hasta que… tuvimos una pandemia 😣.
La cuarentena me llevó por diversos caminos (quizá recuerden que me puse a coser, algo que amo, pero que me destruye la espalda 😣). Por un momento tejí crochet con patrones del siglo XIX, cosa que amé, y luego conocí las agujas circulares. De hecho, fue en el podcast de Katie Green donde las descubrí, o más exactamente, descubrí que si se teje en círculo no se teje del revés (a menos que se busque un efecto particular). Y así fue como comenzó mi carrera como tejedora: en inglés y con agujas circulares.
Me llevó unos treinta años y ser muy porfiada, pero lo conseguí. Si prestan atención a la foto, las agujas circulares tienen más o menos el mismo tamaño que una aguja de crochet y creo que esa fue la clave para que no las sintiera extrañas en las manos. Al principio, por supuesto, hubo tropiezos, cosas destejidas, errores con la lana, con el grosor de las agujas. También descubrí que detesto tejer con algodón y hasta conseguí una nueva obsesión: buscar lana-de-verdad, que no abunda en los locales de barrio, más bien escasea.

Supongo que ya sabrán a qué lugar voy con esto: es verdad, mi momento de ser la Nadia Komaneci argentina pasó (puntos extra por saber en qué novela incluyo una referencia a la gimnasia artística). Pero hay otras cosas, otros deseos de ser y de saber, que están al alcance de la mano y de la paciencia. Tejer, escribir, pintar, cocinar, trabajar la madera, cuidar una planta sin matarla 😶, son tareas que requieren constancia, algo que estos tiempos acelerados no fomentan, pero que genera muchas satisfacciones.
En Otoñolandia es tradición comenzar un tejido el 21 de marzo así que les muestro qué voy a hacer. La lana que voy a usar es la lana gris de la línea Pampa de la marca Mía, una mezcla de 70% lana merino (lanita-de-verdad) y 30% de microfibra (material sintético). Y voy a hacer el gorro y los mitones que se ven en esta foto. Si saben tejer en inglés, se pueden descargar los patrones por acá.
Constancia es la palabra de este otoño, que en Otoñolandia también marca el inicio del año nuevo. “Feliz otoño nuevo” decimos aquí para celebrar el inicio del año y también se los digo a ustedes:
✨💛🍂¡FELIZ OTOÑO NUEVO!🍂💛✨
Nos leemos en la próxima newsletter.
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Feliz otoño, Gaby! Yo tampoco pude tejer jamás algo que no fuera a crochet! Me voy a comprar las agujas circulares, a ver si tengo suerte. Cariños!